domingo, 11 de octubre de 2009

¿Porqué festejar con bombo y platillo una revolución que están destruyendo?

Al gobierno de Felipe Calderón le toca organizar los festejos del bicentenario y centenario de la Independencia y la Revolución. Y por lo que parece, el festejo va a ser en grande, por lo menos a nivel de show, ya que se habla de que el presidente Calderón ha contratado los servicios de la persona que montó el numerito en la inauguración de los juegos olímpicos de Beijing, en 2006.

El proceso histórico conocido como Revolución Mexicana fue un proceso complejo en todos los niveles que se quiera ver: en lo político, en lo militar, en lo social, en lo económico y en los resultados que en esos mismos niveles se obtuvieron.

La fase armada de eso proceso revolucionario va de 1910 a 1920; posteriormente, hasta los años sesentas, se llevarían a cabo una serie de reformas que consolidarían las ideas surgidas en la Revolución, que se plasmaron principalmente en la Constitución de 1917 y las leyes que de ella fueron emanando, como la Ley Federal del Trabajo, de 1931. De las mismas necesidades planteadas por la Revolución surgen instituciones como la Secretaria de Educación Pública (1921), el Instituto Politécnico Nacional (IPN, 1936), la Comisión Federal de Electricidad (CFE, 1937), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH, 1939), el Instituto Mexicano del Seguro social (IMSS, 1944) y la Comisión de Libros de Textos Gratuitos (1958), entre otras muchas. De ese mismo discurso elaborado y surgido de la Revolución Mexicana proviene la también la atención pública de la salud y las instituciones de protección a los trabajadores, lo mismo que la nacionalización del petróleo y de la energía eléctrica, recursos indispensables para mantener la soberanía del país.

El presidente Calderón anuncia una celebración del centenario de la Revolución que parece que sólo será un montaje al más puro estilo de Holliwood. ¿Cómo se puede anunciar con tanto énfasis una celebración de algo que en la práctica se esta combatiendo día con día? La desaparición de la Secretaría de la Reforma Agraria, la disminución del presupuesto a la educación, el ataque a la independencia sindical, los embates contra la Ley Federal del Trabajo, la recién extinción de Luz y Fuerza del Centro, la indiferencia ante un sector campesino cada vez más miserable, son señales de que el presidente Calderón no está de acuerdo con los logros alcanzados durante el largo proceso histórico que significó la Revolución Mexicana, que no se queda simplemente en el levantamiento maderista y en la gesta militar revolucionaria.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia, como otras tantas instituciones académicas, vio reducido su presupuesto debido al recorte establecido por la Secretaria de Hacienda. El presidente Calderón tal vez ignora que en ese Instituto se está llevando a cabo un proyecto para producir programas de radio con testimonios de combatientes de la revolución de 1910, un proyecto que se inscribe dentro de los trabajos que el INAH, como organismo federal, lleva a cabo para el festejo del centenario de la Revolución. ¿Cómo es que en la organización de este festejo se quiten recursos a proyectos que buscan ofrecer el testimonio vivo de los participantes de aquella revolución que tanto piensan festejar? ¿Por qué se busca festejar con grandes edificios y enormes escenografías un proceso histórico que se está perdiendo en muchas de las decisiones del gobierno federal?

La manera de festejar un acontecimiento con el que hay concordancia es mantenerlo vivo en la práctica. Lo que el presidente Calderón hace es los mismo que se hace, desde el siglo XIX, con los indígenas del país: se hace del indio muerto un elemento de culto, pero al indio vivo se le olvida totalmente; se hace de la Revolución (en tanto hecho histórico) un elemento de culto, pero los ideales que surgieron de ese proceso se olvidan o se combaten visiblemente… una paradoja más de nuestra historia (no olvidemos que la independencia la consumaron precisamente los sectores que se oponían a ella).


Héctor García Montiel
hegarmon@yahoo.com
11/10/2009