lunes, 24 de mayo de 2010

Antropología y reacción.


Desde hace varios meses la comunidad triqui de San Juan Copala, en el estado de Oaxaca, ha sufrido una serie de agresiones en contra de su autonomía política y cultural. En marzo, una caravana que se dirigía a la comunidad fue atacada por organizaciones paramilitares. La comunidad se encuentra prácticamente sitiada, secuestrada, no se permite la entrada y salida de nadie y hay un bloqueo de alimentos y medicinas. La situación para los cerca de 1000 indígenas que viven ahí, es alarmante.

Pero más alarmante es la actuación de la comunidad académica, principalmente aquella relacionada con el análisis y estudio de las culturas indígenas de nuestro país. ¿O es que la academia sólo se interesa por el indio muerto, igual que los discursos nacionalistas oficiales?
Las comunidades académicas, representadas por organizaciones sindicales, deberían de manifestarse a través de estas, y a título personal, sobre lo que está sucediendo en San Juan Copala.

¿Dónde está la voz de los antropólogos sindicalizados, o no, sobre este asunto? ¿Porqué los sindicatos académicos del CIESAS, de los Colegios de los Estados, del INAH, de la Universidad Iberoamericana , de la UAM , de la UNAM , etcétera, no hacen un frente común desde la academia para solidarizarse con la defensa de las autonomías indígenas? ¿O es que las comunidades desaparecidas son una mejor fuente de investigación que las vivas?

Esperemos que se alce la voz para detener el hostigamiento que sufren aquellas comunidades indígenas que están buscando nuevas formas de organización social.

De los partidos políticos poco esperamos… de las academias ¿también?

Héctor García Montiel
hegarmon@yahoo.com
24/05/2010

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