domingo, 11 de octubre de 2009

¿Porqué festejar con bombo y platillo una revolución que están destruyendo?

Al gobierno de Felipe Calderón le toca organizar los festejos del bicentenario y centenario de la Independencia y la Revolución. Y por lo que parece, el festejo va a ser en grande, por lo menos a nivel de show, ya que se habla de que el presidente Calderón ha contratado los servicios de la persona que montó el numerito en la inauguración de los juegos olímpicos de Beijing, en 2006.

El proceso histórico conocido como Revolución Mexicana fue un proceso complejo en todos los niveles que se quiera ver: en lo político, en lo militar, en lo social, en lo económico y en los resultados que en esos mismos niveles se obtuvieron.

La fase armada de eso proceso revolucionario va de 1910 a 1920; posteriormente, hasta los años sesentas, se llevarían a cabo una serie de reformas que consolidarían las ideas surgidas en la Revolución, que se plasmaron principalmente en la Constitución de 1917 y las leyes que de ella fueron emanando, como la Ley Federal del Trabajo, de 1931. De las mismas necesidades planteadas por la Revolución surgen instituciones como la Secretaria de Educación Pública (1921), el Instituto Politécnico Nacional (IPN, 1936), la Comisión Federal de Electricidad (CFE, 1937), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH, 1939), el Instituto Mexicano del Seguro social (IMSS, 1944) y la Comisión de Libros de Textos Gratuitos (1958), entre otras muchas. De ese mismo discurso elaborado y surgido de la Revolución Mexicana proviene la también la atención pública de la salud y las instituciones de protección a los trabajadores, lo mismo que la nacionalización del petróleo y de la energía eléctrica, recursos indispensables para mantener la soberanía del país.

El presidente Calderón anuncia una celebración del centenario de la Revolución que parece que sólo será un montaje al más puro estilo de Holliwood. ¿Cómo se puede anunciar con tanto énfasis una celebración de algo que en la práctica se esta combatiendo día con día? La desaparición de la Secretaría de la Reforma Agraria, la disminución del presupuesto a la educación, el ataque a la independencia sindical, los embates contra la Ley Federal del Trabajo, la recién extinción de Luz y Fuerza del Centro, la indiferencia ante un sector campesino cada vez más miserable, son señales de que el presidente Calderón no está de acuerdo con los logros alcanzados durante el largo proceso histórico que significó la Revolución Mexicana, que no se queda simplemente en el levantamiento maderista y en la gesta militar revolucionaria.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia, como otras tantas instituciones académicas, vio reducido su presupuesto debido al recorte establecido por la Secretaria de Hacienda. El presidente Calderón tal vez ignora que en ese Instituto se está llevando a cabo un proyecto para producir programas de radio con testimonios de combatientes de la revolución de 1910, un proyecto que se inscribe dentro de los trabajos que el INAH, como organismo federal, lleva a cabo para el festejo del centenario de la Revolución. ¿Cómo es que en la organización de este festejo se quiten recursos a proyectos que buscan ofrecer el testimonio vivo de los participantes de aquella revolución que tanto piensan festejar? ¿Por qué se busca festejar con grandes edificios y enormes escenografías un proceso histórico que se está perdiendo en muchas de las decisiones del gobierno federal?

La manera de festejar un acontecimiento con el que hay concordancia es mantenerlo vivo en la práctica. Lo que el presidente Calderón hace es los mismo que se hace, desde el siglo XIX, con los indígenas del país: se hace del indio muerto un elemento de culto, pero al indio vivo se le olvida totalmente; se hace de la Revolución (en tanto hecho histórico) un elemento de culto, pero los ideales que surgieron de ese proceso se olvidan o se combaten visiblemente… una paradoja más de nuestra historia (no olvidemos que la independencia la consumaron precisamente los sectores que se oponían a ella).


Héctor García Montiel
hegarmon@yahoo.com
11/10/2009

jueves, 6 de agosto de 2009

Respuesta de Francisco Martínez

Sobre el correo de ejercicio ciudadano # 1, me escribe Francisco Martínez. Me permito insertar su comentario con la finalidad de promover la discusión y la participación en todos los sentidos.

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Héctor:

Es buena tu actitud pero la estrategia no me parece adecuada. Por principio de cuentas el rango de cobertura de internet es baja, en segundo lugar un gran porcentaje de quienes lo poseen se encuentran en una clase social que es indiferente y que solo reacciona cuando le tocan sus intereses.No por esto descalifico tu correo. Tu ejercicio cívico lo voy a retransmitir a una base de datos de 500 personas entre universitarios, profesores y amigos pero insisto. No es la mejor alternativa. Lo que hacen los partidos políticos para ganar adeptos es tocar de puerta en puerta. Con los recursos que obtienen de la federación o con la zanahoria de otorgar un servicio social aglutinan gente para realizar encuestas que enmascaran labores de cooptación bajo promesas que se cumplen parcialmente pero que tienen un efecto impactante en las necesidades crecientes, sobre todo, de las clases marginadas foco de atención de estos partidos.A pesar de que ya pasaron las elecciones, el partido tricolor viene realizando este tipo de labores, sobre todo en el Estado de México que es donde se generó la idea. El partido blanquiazul, al no contar con una estructura similar, se viene cayendo y el PRD con sus divisiones internas le viene ocurriendo lo mismo pero había avanzado mucho con sus estructuras partidistas.Si se quiere un cambio, hay que empezar desde abajo en labor personal. Lo que hace López Obrador con su figura carismática es intentar suplir los contingentes de convencimiento con su caudillismo, característica que se ha desarrollado con bastante eficacia en la historia de México.Para que prenda un movimiento lo que creo se requiere es primero sensibilizar a la gente de tal forma que pueda comprender y calificar una acción de acuerdo con su concepción de justicia. Esto lo hacen los diveros comunicadores sociales entre los que hay académicos y autoridades conotadas, aunque conviven con otros profesionales de lo vulgar y simple que atenúan el efecto y con una cobertura mucho mayor.Lo segundo es un detonante que es precisamente el que esta ocurriendo en estos momentos. El malestar creciente ante la impunidad y la injusticia no solo en aspectos sectoriales sino generales como las grandes diferencias salariales o la insatisfacción de las necesidades de consumo básico que empiezan a quedar fuera del alcance popular ocasionará a corto plazo rebeliones sociales que serán reprimidas por el ejército bajo el supuesto del narcotráfico, de aquí la importación de los helicópteros "halcón".Repito, hay que realizar trabajo de campo. Cualquiera te inventa un número de credencial de elector y así, cualquiera te hecha abajo la lista de mil o de un millón de firmas, pero la convicción nadie te la hecha abajo.Hay muchas orgaizaciones que se crearon a raiz del "voto blanco" que siguen funcionando. Hay muchas ideas que pueden llevarse a la práctica y que se enuncian en los sitios de internet de estas organizaciones y todas ellas son de acción. Saludos y deseo mucho que continúes con lo que todos deseamos, un país justo y digno de cada mexicano. No importa que tengas meciano éxito, lo importante es que estemos en camino.

Francisco Martínez

Respuestas al ejercicio ciudadano #1

Van los nombres de las personas que han participado en este ejercicio ciudadano.

1. Héctor García Montiel, Clave de elector: GRMNHC72072409H000
2. Julio Figueroa Medina. Credencial de elector: FGMDJL50061914H800
3. Agustín González Trejo, Clave de elector, GNTRAG75012115H900
4. Norma Patricia Páez Galicia, PZGLNR73061809M100
5. Diego Isaac Huerta López, Clave de Elector: HRLPDG75070609H100
6. Adriana Zavaleta Carreón Clave de Elector: ZVCRAD76090121M601
7. Alicia Díaz López, Clave de elector: DZLPAL70050920M600

martes, 4 de agosto de 2009

Ejercicio ciudadano # 1.

Ejercicio ciudadano # 1.

¿De qué se trata este ejercicio ciudadano # 1? Pues nada más ni nada menos de un intento por echar a andar en engranaje de la ciudadanía, de la ciudadanía desde abajo, quizá apoyada por la teoría y la academia, pero finalmente fuerte por sí misma, por el interés de quitarle lo oxidado a la democracia mexicana, con todos sus adjetivos: elitista, corrupta, jodida, ficticia, etcétera. Todos los adjetivos son o pueden ser verdaderos. Pero ahora ya no se trata de la cara estatal de la democracia. Es decir, ya no es criticar al Estado o al gobierno, o a sus instituciones, ahora es de probarnos a nosotros mismos si merecemos o no esas instituciones. ¿Utopía? Tal vez, finalmente es un ejercicio, y como tal habrá que ver los resultados. ¿Cómo vamos a echar a andar esa rueda? De la siguiente manera: cada entidad federativa está organizada, desde lo democrático, por distritos electorales, locales y federales. Cada uno de nosotros tiene un diputado local y uno federal. Ellos son nuestros representantes, ellos deciden en qué se gastan nuestros impuestos (como comercial del IFE). Lo que vamos a hacer es que vamos a firmar una carta en donde nos manifestemos por determinada cuestión. Aquí ocupamos, como primer ejercicio, los altos salarios de los funcionarios federales. Pero seguro que hay más problemáticas. Esto, insisto, es un primer ejercicio. Se trata sólo de esto: firmar con nombre y número de credencial de elector (ya que vamos a hacer andar la democracia electoral) el documento de abajo. Así como se pasan las cadenas en la Internet, así vamos a pasar este documento. Nuestros representantes sabrán que somos efectivamente sus representados. ¿Es así se sencillo? Sí, así de sencillo, pero no de simple. Hacer girar el engranaje requiere de la participación de todos. Se trata de que cada uno de nosotros, se asuma como parte del eslabón y se convierta en un “enlace” a nivel distrito electoral. Se trata se hacer que este documento circule y juntar los nombres y números de credencial de aquellos que viven en nuestro distrito. De eso se trata el ser ciudadano. En otros lugares se deja todo a los políticos porque son menos deshonestos. En México ser funcionario público de alto nivel es señal de enriquecimiento. Vamos a ser ciudadanos, vamos a exigirles lo que tengamos que exigirles, vamos a aceitar la maquinaria de la ciudadanía.
El texto puede ser modificado, esa es una idea general, no es para quedarse. Las propuestas son bienvenidas, y de hecho, esperadas.
Sólo firmo con mi nombre, no pertenezco a ninguna organización, me mueve sólo el interés de buscar vías de participación ciudadana alternativas. Los que firmemos somos eso, simplemente ciudadanos.
Firmemos el documento sobre el mismo correo, o en el archivo adjunto, pasémoslo, hagámoslo circular y regresémoslo, para ir construyendo esta herramienta alternativa de los ciudadanos.

Esperando respuestas y buenos resultados, saludo a todos y me pongo a sus órdenes al correo hegarmon@yahoo.com.

Héctor García Montiel



Manifiesto #1.

El 4 de agosto de 2009, La Jornada publicó el salario anual de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Basados en el Manual de percepciones, prestaciones y demás beneficios de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación para el ejercicio fiscal 2009, publican que cada funcionario recibe al año 4 millones 116 mil 646 pesos. Esto es para los siete magistrados de este órgano federal. ¿Cuál será el caso de las otras instancias federales? Seguramente el mismo o no muy diferente.
El salario mínimo diario en el país es: en el área geográfica “A”, de $54.80; “B”, de $53.26, y “C” de $54.80. De acuerdo al Manual citado, cada uno de estos funcionarios gana diariamente $11.278.48. El salario de esta alta burocracia judicial es 205 veces más que cualquiera de los salarios mínimos.
En el actual contexto de la crisis, el desempleo genera varias tensiones sociales: la delincuencia en todos sus formas, desde el asalto y secuestro, hasta el narcomenudeo y el comercio ambulante; la falta de consumo, lo que a su vez repercute en toda la cadena productiva: al no haber percepción salarial por el desempleo, y/o baja percepción, hay poco consumo, lo que a su vez, deteriora la producción y todo lo que ella implica. Lo anterior se da en el sector productivo formal (industria, agricultura) como en el sector servicios (profesiones liberales, burocracia).
La relación que existe entre los salarios de la alta burocracia y el desempleo salta a la vista. Con reducir de manera efectiva los gastos y salarios que ostentan los altos funcionarios del Estado, se podría paliar, y no de manera insignificante, parte de la crisis que se avecina.
Queremos manifestar que no estamos de acuerdo en los recortes presupuestarios que la Secretaria de Hacienda ha venido haciendo; que exigimos que el gasto a recortar, que por otra parte es indispensable con crisis o sin ella, sea el de los altos sueldos de todos los funcionarios en sus tres órdenes de gobierno.
Si finalmente la soberanía reside en el pueblo, los que ahora firmamos este manifiesto, exigimos a nuestros representantes que de inmediato se convoque a académicos y expertos para planear el enfrentamiento de la actual crisis, sin que sea recortado el presupuesto asignado a educación, seguridad social y gasto social en general.
Los recursos que se están decidiendo, señores representantes, son los que pagamos con nuestros impuestos. Y por eso decidimos que nuestros impuestos no se vayan a los salarios tan poco éticos que reciben, no sólo los funcionarios del Tribunal Electoral, sino también los que conforman los otros poderes de la federación.
Demandamos, pues, que el ejercicio democrático deje de ser una farsa en este país, que los ciudadanos que ahora se manifiestan firmando este documento sean escuchados y tomados en cuenta, como lo dicta el Capítulo II de nuestra Constitución, y es de primera exigencia el atender está petición de reducir el salario de los altos funcionarios de los tres niveles de gobierno, y la tener reuniones permanentes con sus representados.


1. Héctor García Montiel, Clave de elector: GRMNHC72072409H000

viernes, 31 de julio de 2009

¿Tenemos el poder? ¿Tenemos las ganas?

¿Tenemos el poder? ¿Tenemos las ganas?
Si es cierto, como pregonaba el Instituto Federal Electoral en la anterior elección, que la ciudadanía tiene el poder, y que era necesario votar porque los diputados deciden a donde se van nuestros impuestos, ahora es el momento de comprobarlo. Farsa o no, el ejercicio electoral se llevó a cabo. Toca ahora a la ciudadanía darle vuelta al engranaje, presionando a nuestros representantes para que se lleven, o no, a cabo políticas que a todos nos conciernen. Es el turno de los ciudadanos, de todos nosotros, y el pretexto lo tenemos a la mano: la reducción del presupuesto en el gasto educativo y social. Nos corresponde a quienes estamos subidos en el barquito, darle indicaciones al capitán y a la tripulación, decirles que no estamos de acuerdo en que se navegue entre escollos, y que no queremos, de ninguna manera, un recorte al presupuesto que afecte el área educativa, académica, cultural y social. Opciones viables para reconducir la economía las hay. Los expertos lo saben. Pero, insisto, nos toca ahora a nosotros demostrarnos y demostrarle al mundo, o no, que en México existe una verdadera ciudadanía, que en Hermosillo los deudos del incendio de una guardería no cejan de exigir justicia. Hagamos de Hermosillo un ejemplo a nivel nacional. Tenemos que exigir a nuestros diputados, hayamos o no votado por ellos, que el recorte que busca el gobierno federal debe ser por otro lado, y debemos exigirles que busquen por dónde, ese es su trabajo. ¿O es que siempre la ciudadanía va a mantenerse pasiva ante las decisiones políticas que nos afectan de manera considerable? ¿Qué armas y herramientas tenemos a la mano? Tenemos ahora, afortunadamente, la Internet, una red que puede establecer lazos y formar comunidades virtuales que se informen y expongan sus puntos de vista. Tenemos el doble discurso del gobierno y sus instituciones de su relación con los gobernados. Tenemos la palabra y la crítica fuera de toda ortodoxia. Y, según el IFE y las instituciones del Estado, tenemos el poder.
La soberanía, ese concepto tan traído y llevado durante el siglo XIX, y motivo de estudio de investigadores sociales, es ni más ni menos lo que le falta a este país. De éso, no tienen la culpa sus gobernantes, casi siempre corruptos y personalistas, sino los ciudadanos, nosotros. Si en esencia la autoridad suprema del poder público radica en “el pueblo” o en los “ciudadanos” (palabras que afortunadamente ahora incluyen a una mayoría de los habitantes del país) es el momento de ejercer y demostrar que eso puede ser cierto. Que ahora se levanten las plumas (o los dedos sobre la tecla) de aquellos que no están de acuerdo en el recorte presupuestal que se pretende contra las universidades, los programas sociales, la educación pública y la cultura del país. Digámosle a nuestros representantes que queremos que nuestros impuestos sostengan la educación pública y no la corrupción, la asistencia social y no el rescate carretero, la creación de empleos y no la militarización del país, el apoyo a las artes y la cultura y no el rescate bancario, la investigación científica y humanística y no los altos sueldos que ostentan esos mismos representantes.
Sea este texto una primera propuesta para la elaboración de un documento que les exija a los poderes del estado cómo queremos que se distribuyan nuestros impuestos, por supuesto, dando alternativas a solucionar los problemas.

Héctor García Montiel
hegarmon@yahoo.com
30/07/2009

martes, 9 de junio de 2009

Un texto de Adán Santamaría Ochoa

A continuación reproduzco un texto de Adán Santamaría, que me fue enviado a mi correo electrónico. Que siga la discusión y el movimiento de las certezas, que la mía ya está tambaleando de nuevo.


El poder y la dignidad de la abstención electoral

por Adán Santamaría Ochoa


Partamos de ciertas bases claras para defender la abstención electoral en estos momentos.

Tenemos leyes excelentes, pero por diversos motivos, nuestro pueblo es incapaz de hacer que las leyes se cumplan. Decía Gabriel Zaid que no necesitamos otro gobierno, sino otro pueblo. El pueblo vive en medio de un marasmo de ai se va, de mientras tanto, distraído viendo televisión, consumiendo espectáculos mediocres o malos y desperdiciando todo su potencial en estupideces. Tenemos un pueblo estupidizado por los medios de difusión masiva, que no de comunicación. Nuestro pueblo vive con los intestinos envenenados por la pésima dieta que sigue; vive en la pereza mental de hacer cosas a su favor y en la deslealtad continua, pues no es ningún ejemplo de unidad ni de organización. A veces ni para el desmadre son buenos. Nuestro pueblo vive enfermo, desunido, mal nutrido, ignorante, apático, resentido. Nuestro pueblo, diría Lenin, es masa, no pueblo.

Los señores que dicen gobernar a nuestro pueblo dicen que vivimos en una democracia. Incipiente, pero democracia. Mienten absolutamente. Vivimos en un régimen colonial con máscara de demócrata, pero las conductas que distinguen a un gobierno colonial se siguen practicando de manera general. No vamos a hacer aquí lo que Tomás Mojarro llama inventario de agravios, pero cualquier persona mínimamente enterada de los estudios sociales lo sabe. La democracia tiene muchas formas de existir. Los ingleses tienen una muy diferente a los estadounidenses o a los sudafricanos o a los mexicanos. Así que cuando se habla de democracia, habrá que darle SIEMPRE un apellido. Y la democracia mexicana es muy sui generis. Colonial, digamos.

La democracia mexicana cree que es suficiente con NOMBRARLA así para que ésta sea o exista. Se queda en el discurso, pero en la realidad cotidiana, no existe. Desde la estructura de la pareja o la familia, las empresas o las instancias de gobierno. Hay cotos o parcelas de poder acotadas por el PRIVILEGIO, es decir, por la ley de uno: Prius = uno; legis = ley. No teoricemos mucho, pero sólo nombremos la punta del iceberg: Elba Esther Gordillo; Carlos Salinas; Emilio Azcárraga; Carlos Slim y muchos más. Esto se llama colonia con sus encomiendas. Los encomenderos modernos, para conservar su poder, idearon un código verbal a donde la democracia aparece como su base, cuando esto no es verdad.

Uno de los rituales democráticos de esta gran mentira llamada “México”, son las elecciones. Este ritual enmascara lo descrito arriba: un orden colonial. El sistema que lo garantiza es el Estado, comprendido en su amplitud, pues a todos los encomenderos les conviene que las cosas sigan así. El Estado al que me refiero está integrado por el gobierno, los jueces, la policía, el ejército, la iglesia, la educación, es decir, por todas las INSTITUCIONES que garantizan un control social para que las cosas sigan siendo como han sido.

La sociedad no es un mal proyecto: todos necesitamos de todos. Las instituciones no son un mal proyecto: son organismos especializados que cumplen eficazmente con su labor. No estoy ubicado en un anarquismo adolescente que grita “¡que desaparezcan todos!”. Mi posición es que la sociedad debe crear un Estado que la beneficie y no un engendro como el que actualmente padecemos. Mi posición no es que desaparezcan las instituciones, sino que se les cambie su valencia: en lugar de que su principal objetivo sea ser las columnas del sistema, deberían servir a sus creadores: a los pobladores de una sociedad y no devorarlos en su contra.

El problema no es que las instituciones no sean adecuadas, sino que están secuestradas por lo peor de la sociedad: por los políticos. León Felipe dice que

La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet,
viendo cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
“Romero solo”


Los políticos, si bien conocen la operación de la res publica, carecen por completo de visión, de respeto y de escrúpulos para los problemas más elementales de la sociedad. Sólo viven preocupados por sostener a un grupo que los sustenta a ellos. ¿Y qué es lo que buscan los políticos? Dinero, poder, influencia SIN IMPORTARLES UN CARAJO LOS PROBLEMAS DE LA GENTE. Ese es su gran error. La abstención electoral consciente tiene un sentido claro: No participar más en este teatro de abusos que nos daña.

Claudio Stern me decía “Pero, de los abstinentes ¿cuántos son conscientes?”. Me puso a pensar y llegué a la conclusión de que muy pocos son académicos y personas que con base en los estudios sociales llegan a la conclusión de no votar. Pero del porcentaje restante vi que la gran mayoría son personas cansadas, defraudadas, que han perdido algo: a un amigo o familiar, un predio, una ventaja, una buena atención en los servicios de salud, un juicio por corrupción, etc. Reaccionan emocionalmente, pero esto no es menor. No podemos exigir a todos los abstinentes que razonen su acto, pero sí podemos admitir que el gran público, el pueblo, reacciona airadamente contra quienes les hace daño. No se necesita teoría política para dejar de votar, y así llegar a las sentencias de Tomás Mojarro:


Capacidad de asombro
Capacidad de indignación
Capacidad de organización
Capacidad de acción.

El asombro ya no tiene límites: Gabriel García Márquez lo decía: la realidad supera a la ficción. La indignación está allí, soterrada, escondida para pegar un grito de angustia o de rabia. La organización es un punto flaquísimo de los mexicanos. No tenemos experiencia de unidad. Octavio Paz lo explica muy bien en su Laberinto. Y las acciones DEL PUEBLO no son frecuentes o son inexistentes. México es un país de estallidos, de concentración de la indignación, de explosiones momentáneas y brutales, violentas, sangrientas. Lo decía muy bien Carlos Fuentes


Las heridas de México se asoman por todas partes. Unas son muy antiguas y parecen haber cicatrizado. Otras, a pesar de su antigüedad, aún no se cierran. Las más recientes se confunden con las más viejas. Las más dolorosas son las que laten debajo de la piel del país, a punto de brotar y mezclar su sangre con la de los demás; México es una sola, larga herida, un muro tatuado de metralla, un nopal cortado a navajazos, un altar de lágrimas doradas.

Les carnets mexicains d’Henri Cartier-Bresson 1934-1964. (1995)


Lo que nos queda ante un poder tan totalitario, imbécil y apabullante que no respeta ni a la Carta Magna, es la acción poderosísima de la no acción, el sustraerse y empezar a fundar un nuevo estilo de hacer política entre personas que no estén podridas como las que están enquistadas en las instituciones. Hay quienes defienden la postura de que hay que hacer el cambio desde adentro de ellas. No se puede, quienes lo han intentado una y mil veces, las mismas han salido, a veces violentamente, rechazados del sistema. La lucha, hoy, es por fuera de las instituciones. No es violenta, no es grosera, no es con ofensas ni sangre ni con un encuentro violento y frontal. Es diciéndole a los bandidos que han secuestrado nuestras instituciones que se acabó su tiempo, que es ridículo el espectáculo “electoral”, que ya nadie cree en su juego de perpetuación de privilegios. Es hora de luchar sin exponernos, y eso se hace no votando. El mensaje es tan poderoso o más que el sufragio en estas condiciones de lo que queda del “país”. Renovarse o morir. Si hay que morir, esperemos que, como en todo naufragio que se respete, las ratas y las cucarachas salgan primero, es decir, los políticos. Cuando las instituciones ya no representen un NEGOCIO para ellos. Entonces habrá ciudadanos, patriotas que quieran servir a los demás con una enorme dignidad.

lunes, 8 de junio de 2009

Opinión de David Nava

Reproduzco aquí un correo que manda David Nava, colega y amigo, sobre el texto Nuevamente tiempos electorales.

Estimado Hector, pienso que tu llamado a votar no es convincente, contrariandote percibo que la incredulidad de la sociedad a los partidos y en especial a los que se postulan como representantes cada vez es mayor, la gente ya no se cree las promesas de campaña y saben que son elecciones y es el momento de la miscelánea de los compromisos; esta gente no votara y estoy casi seguro, por comentarios escuchados, que si lo hace sera por el PRI.El capital político captado por el PRD con el fraude y después desmovilizado por el Peje se desilusiono y su indignación fue coptada y desarticulada, pero algunos grupos buscaron nuevas formas de organización, este grupo votara por Andrés Manuel y algunos se obtendrán al voto. Pienzo que hay que llamar a organizarse de una manera distinta autónoma, enseñarles a preceder de los partidos, crear una organización horizontal donde todos participemos en las desiciones.

jueves, 4 de junio de 2009

Sobre el texto Nuevamente tiempos electorales.

Copio a continuación, un texto que me llegó como respuesta al de Nuevamente tiempos electorales. Se trata de contrastar opiniones, no de confrontarlas; de mover nuestras certezas, no de volverlas dogma.

Un saludo a Francisco Martínez, autor del texto.

Respondo al correo que amablemente ha escrito Héctor Montiel sobre sus argumentos de la conveniencia de votar. Lo escribo en el momento en que se transmite por Radio Universidad una entrevista a varios estudiantes donde exponen su inconformidad a las nuevas reformas instrumentadas para modificar los programas de estudio de las preparatorias donde se eliminan las materias humanísticas para privilegiar las técnicas. Es obvio el objetivo que se pretende. ¿Me pregunto si todos aquellos estudiantes están de acuerdo con el partido que dio origen a esta situación?
Para responder podríamos acudir a la historia de este país, a su historiografía contemporánea y a la cantidad de noticias y revistas diarias que abordan la situación, o los programas como Primer Plano (canal 11), Sobremesa (TV UNAM) o la emisión radiofónica diaria de Carmen Aristegui (102.5 fm MVS) y Plaza Pública (96.1 fm Radio UNAM) . De los cuales evito repetir lo que gente más autorizada que yo ha dicho o escrito. Sólo quiero resaltar que SI hay inconformidad, que si hay resentimiento, hay malestar y mucha indignación.
Las crisis estructurales de muchos países surgieron por este tipo de sentimientos, buscando la mejoría de un Estado y se dieron de diversas maneras incluyendo las violentas, aún con estados con aparentes sistemas democráticos, muchos de ellos anquilosados y otros enmascarados sin la existencia de mecanismos de evaluación y control de legisladores y funcionarios que les impidiera realizar aquello que si se ha hecho en México.
Si se vota, se está legitimando el sistema democrático independientemente de quien gane, independientemente de la composición de las curules legislativas. Si se legitima el sistema democrático la distribución de representantes de partidos será similar a la anterior propiciando negociaciones en lo “oscurito”, más prebendas y cero representatividad social acordándose del pueblo solo en temporadas electorales.
Un Estado se legitima a través de su sistema democrático y cuando la población rechaza ese sistema implica no sólo que la experiencia obtenida de sus gobiernos ha sido mala, sino que los partidos contendientes no ofrecen alternativa alguna para formar un nuevo gobierno. Sin este sustento, el Estado se encuentra en focos rojos y cualquiera sabe que su deterioro se ve en la credibilidad de sus instituciones y que el siguiente paso podría ya no ser pasivo. La crisis económica ha empezado, la impunidad no esta durmiendo, la inseguridad y el caos empieza a romper las estadísticas de años pasados. Hay desempleados, migrantes estacionados, delincuencia en apogeo y agotamiento de recursos naturales no solo energéticos por no decir más. Yo creo que nuestro sistema pesudemocrático ha sido rebasado y sólo es cuestión de tiempo. Y si no se les dice a los partidos políticos y a los gobernantes que la mecha está ardiendo, creo que estas reflexiones sobran aunque se vote.

Saludos.

PD. Envío copia de otro correo más dramático.

¿Votarás o cuánto vale tu voto?
El 68 mostró la verdadera cara de los gobernantes, antes oculta, quienes para lograr sus ambiciones triunfalistas sacrificaron a la población juvenil sin verlos ni escucharlos. Tenía que haber Olimpiadas y para esto, habría que exterminar a estudiantes. A la fecha, nadie ha sido juzgado.
Después se instaló en la silla presidencial el criminal beneficiado, proponiendo una apertura democrática por un lado y una guerra sucia por otro. Mandatario que fue el primero que jamás pasó por un puesto de elección popular en el único país donde los partidos políticos son totalmente subvencionados por el Estado a diferencia de otros que existen por las aportaciones de sus simpatizantes ¿y acaso tienen plataformas ideológicas propias? El voto se convirtió en un buen pretexto para una democracia simulada actuando también a favor de los partidos cachavotos que viendo el negocio sin esfuerzo, llegaron a conformarse en empresas familiares como el partido verde ecologista de estos días.
Posteriormente apareció alguien que en su discurso presidencial pidió perdón a los pobres, administró la abundancia y se puso a defender el peso como perro ¿recuerdas? Y no hacía más que retozar con Rosa Luz Alegría, separarse de su mujer que viajó por el mundo durante el sexenio y unirse con la vedete Sasha Montenegro que se quedó con parte de la fortuna obtenida de las arcas nacionales.
Más adelante tomó la estafeta el que olvidó a su pueblo en los sismos del 85, personaje gris y amorfo que aún, hasta en sus últimos años de vida en una entrevista grabada mostró la incongruencia de su proceder, desdiciéndose de haber afirmado que para gobernar estorbaba la justicia, aceptando que La impunidad es condición necesaria para el funcionamiento de la maquinaria política del país.
A continuación llegó el Plutarco Elías Calles de la segunda mitad del siglo XX y su primer acto fue robarle la elección a Cuauhtémoc Cárdenas y para legitimarse dió golpes de timón. Entronizó a Deschamps en el sindicato de PEMEX, a Elba Ester Gordillo en el magisterio, le dio patente de corzo a su hermano quien apadrinó al cartel de García Ábrego y exterminó a quien se rebeló dentro de su nomenclatura como a Colosio o a Ruiz Massieu. Al final del sexenio, cuando todo México supuestamente entraba a la modernidad, apareció la ruptura: el FZLN al cual no se le han reconocido hasta este día “Los acuerdos de San Andrés” que ya se habían aprobado por los legisladores que hoy, piden de nuevo tu voto.
Siguió un personaje heredero de un sistema económico neoliberal que en los primeros meses de su mandato hizo agua en “El error de Diciembre” y mientras empobrecía la gente, se maquillaron las cifras de la inflación, el narco cada vez apareció más en los periódicos, los indocumentados crecieron y ante el conflicto con su antecesor encerró al hermano incómodo. Entonces decidió manejar el proceso para la elección presidencia haciéndola aparecer como una alternancia partidista y le dio el triunfo al ranchero, al macho que todo político lleva por dentro. Y hace carambola a tres bandas: se libra de la venganza de su antecesor restándole poder, queda como el presidente de la alternancia y el partido beneficiado agradecido, le apoya para sus nombramientos en el exterior. ¿Dónde quedamos nosotros? Mejor dicho ¿Dónde estábamos?
Viene el gobierno a cuatro manos, el de la pareja del beso en el Vaticano, el de la primera dama e hijos, el de la que quería ser la Evita Perón mexicana y consigue la aprobación de divorcio por Paulo VI. La transición se va por un tubo mientras el ranchero se agencia la Playa Tamarindillo y consolida sus negocios agropecuarios, a la vez que financia los golpes bajos contra el Jefe de la ciudad capital mediante recursos del erario. Entra a escena Ahumada y demás personajes políticos con el arte de ser de la izquierda del café y el vino tinto. A río revuelto se instalan los Beltrones, los Fernández de Ceballos, los Manuel Espino, los Germán Martínez, los Gamboa Patrón, los niños verdes, los Ulises Ruiz, los Mario Marín, los Arturo Montiel, los Ponce, los Bejaranos, las Rosarios Robles, los Chapo Guzmán, las Florence Cassez que incipientes algunos, merodean y se consolidan en el siguiente sexenio cuyo principal protagonista se autonombra el presidente del empleo.
Y por si fuera poco viene otra manipulación electoral. Se estimula el miedo, el terror y se manipula televisivamente a la masa irreflexiva a preservar intereses, pero lo que se logra es la polarización de la sociedad. El cuestionamiento que debía existir entre gobernantes y gobernados emerge sólo entre los gobernados olvidando a sus caudillos quienes libres de culpa, toman Reforma unos y otros le entran a una guerra contra el narco sin tocar las cúpulas, es decir, sin tocarse a ellos mismos. Véase Michoacán y sus alcaldes o la serie de asesinatos desde Manuel Buendía hasta el Cardenal Posadas por saber los nombres de los funcionarios narcos. Creen que van ganando y se olvidan de la crisis económica y con tropiezos y torpezas manejan la epidemia mientras allá, en Michoacán se oyen los golpes ocultos entre los carteles políticos.
Ante el futuro de dejar sus puestos, los representantes del “pueblo” se subieron sus sueldos, se dotaron de bonos y aguinaldos, se dieron elogios de gobernantes supremos y en las listas de candidatos de la próxima elección popular se premian incluyendo nombres de sobrinos, hijos, parientes, amigos de expresidentes, exgobernadores y exlegisladores. Y para asegurar el triunfo se lanza una asfixiante campaña de spots con dinero de nuestros impuestos, con triunfalismos y promesas como si fueran dádivas y no responsabilidades de Estado.
¿Votarás?
Tu sabrás si anulas tu voto y si lo haces no permitas que utilicen tu boleta para algún partido. Si solo hay representante de un partido en la casilla y ve una papeleta de que no se votó, la aprovechará para su partido.
Piensa que lo que define a la democracia no es el voto sino la participación diaria del pueblo. Nuestros partidos y nuestros legisladores representan sólo sus intereses, se han olvidado de los nuestros, hoy quieren tu voto, mañana se olvidarán de las promesas hechas en televisión y no habrá nadie que evalúe su desempeño y menos que los castiguen por lo que dejaron de hacer.
¿Por qué tenemos que darles los medios para que sigan disfrutando de las prebendas que pagan nuestros impuestos? Ya soportamos 300 años de explotación colonial, ya llevamos doscientos de rapacería encubierta de una democracia simulada ¿En dónde estamos? ¿Qué país estamos haciendo? ¿Heredaremos otros Atenco u otras muertas de Juárez?

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Francisco Martínez

jueves, 28 de mayo de 2009

Nuevamente tiempos electorales.

Nuevamente tiempos electorales. Renace la incredulidad. 2008 fue un año en que muchos simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se desilusionaron al ver lo que pasaba al interior del partido. La consecuencia político-electoral: el aumento de la abstención o anulación del voto. La consecuencia política: nuevos triunfos para la derecha, representada a nivel federal y regional, por el Partido Acción Nacional (PAN). Es verdad que los partidos no garantizan un buen gobierno; igual lo es, que siempre habrá inconformes con las decisiones tomadas. Gobernar es una tarea difícil.
¿Que es lo que pienso que pasa? Pienso que quienes anulan o son abstencionistas, son aquellos que han sido electores del Partido de la Revolución Institucional (PRI) y el PRD. Una parte del electorado que llevó al poder al PAN, también se halla desencantado, pero no va a dar su voto ni al PRI, y mucho menos al PRD. Puede que también anulen su voto. Pero una buena parte del electorado que votará, lo hará por el PAN, porque, como lo han venido haciendo a partir del año 2000, los dirigentes de este partido están utilizando estrategias de campaña que logren captar la atención de aquellos descontentos. Los dirigentes del PAN saben como convencer al electorado que se haya a la deriva. Además de que conservan buena parte de su base simpatizante.
Los argumentos de los desencantados, aquellos que no votarán o anularán su voto, de que “no hay ni a cuál irle” y de que “los gobiernos son legales pero no legítimos”, el lo real, en lo concreto, no tiene ningún aporte útil. Por el contrario, aunque verdadero, impulsa el desencanto y, por lo tanto, deja que la derecha siga conservando el poder, ahí donde lo tiene (me refiero principalmente al ámbito federal).
Las opciones políticas de votar por algún partido, abstenerte o anular el voto, son eso, opciones. Y como tales, uno escoge la que considera mejor. En mi opinión, la mejor opción es votar. ¿Por qué? Porque aún todavía, la toma de decisiones se ejerce en el ámbito de la política, en los órganos de representación (aunque no sean eso realmente). Hasta el momento, para bien o para mal, es ahí donde se decide. Si las opciones de voto son malas, la de abstención o anulación, no resuelven tampoco nada.
Pensar que no hay opción porque todos los partidos son iguales, me parece una afirmación simplista. El hecho de que algunas elites políticas coincidan en algunos temas, no implica que tengan los mismos intereses. La afirmación que a veces se hace de que el PRI y el PAN son lo mismo, pienso que debe matizarse y analizarse bien.
La abstención y anulación de los votos en las próximas elecciones será reflejo de una sociedad descontenta y desilusionada de la política, que se hará cada vez más apática. Pero el electorado que participará, aunque el menor, es el que tal vez mantendrá a Acción Nacional en el poder, sin quererlo, como una consecuencia imprevista.

Héctor García Montiel
hegarmon@yahoo.com
28 de mayo de 2009

Nuevas limitaciones a la formación del ser humano

Nuevas limitaciones a la formación del ser humano

Primero la educación primaria, luego la secundaria, ahora la media… ¿Será que también en un futuro cercano las facultades de filosofía y aquellos centros de investigación social y humanística lleguen a desaparecer de la oferta educativa y/o como centros de trabajo?
Desde mi perspectiva, el problema, además de incluir al gobierno federal y a organizaciones internacionales (OCDE), involucra, o debería hacerlo, a toda la comunidad que directa o indirectamente está implicada en el problema. Me refiero, principalmente, a la “academia”, ese cuerpo social constituido por profesores, investigadores y estudiantes de todos los niveles.
Dos de las implicaciones político-sociales que esto trae consigo: la primera tiene que ver con la falta de sentido ético de las autoridades, de no consultar y discutir con la contraparte. Es decir, el gobierno federal, a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP), está tomando decisiones de manera inadecuada, sin consultar a la ciudadanía. Que lo ha hecho siempre y en todos los rubros, es cierto. Que lo sigue haciendo, es cierto. Que la contraparte (los afectados) seguimos estáticos, también es cierto. La otra implicación, tiene que ver con la situación del inmovilismo político de los sectores afectados. Si como dice el IFE, el poder está en nuestras manos, parece que la sociedad mexicana, y principalmente en este caso el sector académico y educativo, es manco. Los hilos de la democracia deben moverse. El voto es mera democracia electoral. La democracia educativa se construiría debatiendo, entre otras cosas, si es o no pertinente la eliminación de los contenidos filosóficos y humanísticos de los planes y programas de estudios.
Es slogan de “tú tienes el poder” debe aplicarse a la toma de decisiones. En este momento es necesario que la comunidad académica, educativa y estudiantil rechace y eche para atrás las reformas que la SEP ha estado tomando en torno a los planes y programas educativos de todos los niveles. Es necesario que las autoridades de los centros educativos de todos los niveles, de los centros de investigación, los investigadores pertenecientes a ellos, los profesores, los trabajadores administrativos, los estudiantes y los padres de familia, muestren su postura crítica e independiente, ya sea a favor o en contra, pero no aceptando sin decir nada decisiones que atentan no sólo contra la historia de nuestro país, sino también contra la formación reflexiva y crítica del ser humano.
Quienes sientan que la decisión de la SEP atenta de una u otra manera contra la completa formación del ser humano, que hagan llegar su descontento a las autoridades. Que las organizaciones sindicales académicas y educativas honestas, convoquen a foros de análisis, donde se vea lo viable o no de las decisiones de la SEP, y que en caso de que se vea inviable, se presiones política y legalmente para que se haga valer el poder que la democracia debería generar.


Héctor García Montiel
hegarmon@yahoo.com
mayo, 2009

lunes, 19 de enero de 2009

¿De qué familia habla, señor presidente?

Revoluciones sociales van y vienen y la ética, la moral y los valores sociales y humanos que sustentan estos dos conceptos permanecen invariables. Durante su participación en el sexto Encuentro Mundial de las Familias, el presidente Calderón dejó ver su ignorancia por paradigmas ya superados, como es el caso de “la familia”, aquella que la iglesia católica, a pesar de chocar con la realidad social, busca imponer como modelo, y que se compone de la pareja heterosexual y los vástagos generados en el matrimonio (modelo familiar tradicional). Este modelo que tanto apologiza el presidente Calderón actualmente corresponde a poco más de la mitad de los hogares mexicanos. Es decir, casi la mitad de los hogares mexicanos no tienen la configuración que la iglesia y el presidente Calderón desean. La explicación de porque no se tiene el modelo familiar “tradicional” es compleja y apunta a varios lados, más allá de lo que se conoce como “familia disfuncional”, concepto que por tener un adjetivo tan fuerte debe ser motivo de revisión. Lo que llamaremos “familias alternas” lo conforma una diversidad de formas de organización doméstica que pueden basarse o no en la consanguinidad y en las relaciones de parentesco.
Las familias que no son “la familia” (modelo ideal de la iglesia católica… y del jefe del estado mexicano), según se infiere por lo dicho por el presidente durante su participación, son proclives de generar delincuentes potenciales. Con esta idea, de eminente carácter spenceriano, el presidente ignora que el darwinismo social es una teoría que se matiza a la luz múltiples factores, y que en este siglo XXI, pensar que la morfología de las relaciones parentales incide directamente en la delincuencia vivida en los últimos años, es un pensamiento bastante simplista, cuando no erróneo del todo. ¿O es que podemos relacionar también la delincuencia de alto rango, aquella que se conoce como corrupción, y que sólo practican los hombres del poder, con está misma concepción del presidente Calderón? ¿Los delincuentes del Fobaproa provienen también de familias con un solo progenitor o separadas? Para hablar de la delincuencia, problema principal del presidente Calderón, en un contexto como el del sexto Encuentro Mundial de las Familias, el presidente hizo uso de un discurso patético, excluyente, anacrónico y poco real.
Por otra parte, cuando el presidente comenta que “también presenciamos, cada vez más, que de acuerdo con la legislación civil [el subrayado es mío], la práctica del divorcio propicia que muchas familias vivan un proceso de desintegración y de reintegración en ocasiones hacia nuevos núcleos familiares”, está, de alguna manera, poniendo en duda la viabilidad de la legislación civil para el modelo de familia que defiende. Con está acción el presidente también demuestra su desconocimiento sobre el Estado laico y la historia de éste país. El laicismo del estado mexicano no es obra de fanáticos antirreligiosos ni de jacobinos mataduras. La Reforma que en materia de religión se llevo a cabo en la segunda mitad del siglo XIX fue hecha por juristas que comprendieron la necesidad de separar los poderes de la iglesia y los del Estado.
Los nuevos tiempos se convierten en los viejos tiempos en el mismo presente en que se viven.

Héctor García Montiel
hegarmon@yahoo.com
19/01/2009