martes, 4 de marzo de 2008

Posmodernidad e individualidad

Busco posmodernidad en los catálogos en línea de diferentes bibliotecas y aparecen más de ciencuenta títulos. Busco en Google y ¡uf!, hasta parece que vivimos en dicha etapa. Desde los años ochenta el término se volvió lugar común para diferentes poses. Cada discurso "progresista" se apoyaba en lo "posmoderno". El término va y viene, y va desde la referencia a valorés éticos, hasta cuestiones sociales, económicas, filosóficas, históricas, sociológicas, literarias, antropológicas, políticas, etcétera. En términos generales la posmodernidad niega o "va más allá" de todos los elementos simbólicos creados y re-creados a partir de la modernidad. Uno de estos elementos que no es negado ni superado, pero que es visto como elemento de la posmodernidad es la individualidad máxima, el culto a uno mismo, el abandono de todo lo exterior a menos que se relacione conmigo. Este individualismo se ve a su ves relacionado estrechamente con el consumismo exacerbado, característica, según, también de la posmodernidad. La posmodernidad entonces, rechaza algunos elementos de la modernidad, supera otros (no en referencia a etapas, pues la posmodernidad niega precisamente que haya etapas, negación contradictoria al considerarse a la posmodernidad una etapa en si), y "maximiza" otros, como puede ser el caso del individualismo. Porque, en efecto, el individualismo no surge con el devenir de lo que llaman el mundo posmoderno, sino que al contrario, tiene sus raíces filosóficas en el liberalismo de los siglos XVIII y XIX, teoría política que marco el mundo moderno... hasta la fecha. Tampoco el consumismo es un elemento que provenga del mundo posmoderno, sino que tiene sus raíces justamente en el proceso tecnológico y económico más importante de la modernidad: la revolución industrial. Ambos elementos, individualismo y consumismo, no son productos nuevos ni generados por la "maquiavélica" dinámica del capitalismo (que no existe más que en la mente de algunos) o del mundo posmoderno. Son precisamente elementos que provienen de los procesos de la modernidad y que simplemente, debido a la dinámica socio-mundial, se extienden, craendo aparentemente nuevas formas de individualidad y de consumo. Si bien hoy trabajas sólo desde tu computadora en tu casa, desde el siglo XV se trabajaba en el talleren tu actividad muy particular. Si bien ahora vas a los grandes malls comerciales, desde el siglo XIII las ferias mundiales de comercio ya existían en el mundo occidental, e incluso en el prehispánico. Los hábitos de consumo y el individualismo no son productos de la posmodernidad, ya nos vienen desde siglos atrás.

Héctor García Montiel
hegarmon@yahoo.com

4 de marzo de 2008

1 comentario:

Adolfo Ramírez dijo...

Finalmente, la posmodernidad nos alcanza, nos pisa los talones de aquiles, y nosotros no metemos ni las manos por no tener desarrollado el sentido de la colectividad y mucho menos de la memoria colectiva: la historia; somos presa fácil de lo individual, estamos en un pozo.

Buenos post, esperemos seguir leyendo. Salud.