¿Una marcha más?, ¿un muerto menos en la lista? Cada uno, los que fuimos testigos, los que marchamos, los que nos incorporamos, los que nos detuvimos a refrescarnos con unos tragos de agua, los que escucharon o los que ni si quiera se dieron cuenta de que algo pasó, pero que vieron de reojo marchar a unos que gritaban “No más Sangre”; nos invade el escepticismo del impacto que puede tener una marcha más, que entorpece el tráfico y perjudica las actividades cotidianas, y que para muchos, no conduce a ninguna parte. 8 de mayo, una marcha más en silencio, en la que apenas se escucharon algunas consignas. Los pasos ardían como el concreto y las sombras de los árboles escaseaban; a lo lejos se borraron los caminos y las fronteras, no estábamos en el sueño utópico de la equidad sino en el desierto mudo e indescifrable. Ahora, queda la pregunta, ¿qué sigue?, ¿qué acción o estrategia ocuparemos para que respeten nuestros derechos?, ¿qué ruta tomaremos parar sembrar el respeto, la equidad y la ...